lunes, 5 de junio de 2017

Casualidades de la vida

     Hoy comienza el campeonato de ajedrez invidual más fuerte del mundo en Stavanger (Norge). Web oficial http://norwaychess.no/en/ Los diez jugadores con más ELO -por lo menos hace unos meses cuando se firmaron los contratos de participación- en un campeonato que promete ser muy emocinante.

     Mis favoritos son: Magnus Carlsen, Wesley So, Fabiano Caruana y Levon Aronian. Y no tengo una preferencia estricta por ninguno de ellos. Simplemente, porque cualquiera de ellos juega a un nivel de otra galaxia. Que en realidad juegan así los primeros 10 ó 20 jugadores del  mundo en la lista ELO.

     Pero independientemente del campeonato quería comentar una anécdota que me pare muy curiosa. En agosto de 1999, en el tiempo que estaba en la Armada, estuve como dotación del barco en Stavanger. La ciudad me pareció maravillosa. Y las mujeres ni te cuento. En aquel tiempo estaba muy al tanto en ajedrez y, de hecho, el año anterior había quedado primero en el campeonato local de El Puerto de Santa María. También me lucía con los compañeros del barco jugando partidas a la ciega y ganando. Otra cosa habitual en el aquel tiempo era ir a los clubs o lugares de juego de ajedrez de todos los puertos a los que podía ir. Entre ellos estuve en Alejandría, Casablanca, Estambul o Bari. Y en aquella ciudad maravillosa no fue menos. Me enteré de donde estaba el club, fui en autobús raudo y veloz. Pero aquella tarde estaba cerrado. El enclave era paradisiaco. Me dio mucha rabia no poder jugar contra los lugareños. Pero la vida no se acababa por supuesto y había muchas cosas que hacer y visitar.

     Con los compañeros y excelentes amigos más cercanos del barco alquilamos un coche para recorrer todo lo que pudieramos en un fin de semana. Visitamos casi pueblo por pueblo, fiordo a fiordo la costa desde Stavanger hacía el sur, camido de Oslo. Viendo tanta belleza en el paisaje me decía una y otra vez: »De este país tiene que salir un campeón del mundo. Solo para que la gente conozca lo bonita que es Noruega.« Sabía qué yo nunca sería campeón del mundo de ajedrez, pero elegí el lugar de dónde debería salir uno. Con los ojos cerrados.

     Pasó el tiempo, me desentendí del ajedrez por motivos laborales, -falta de tiempo principalmente- y al tiempo comencé a oír hablar de Magnus Carlsen. »Un noruego, mira que bien.« Después llegó a campeón del mundo y comencé a ver entrevistas y documentales suyos. Me llamó poderosamente una anécdota que contó sobre su niñez: »Cuando tenía 8 años, durante un viaje de verano por mi país con mi padre, comencé a pensar que estaba jugando como un niño. Mi forma de jugar debía cambiar. Y comencé a estudiar seriamente ajedrez y prepararme para campeón.«

     Las casualidades son qué: en verano de 1999, cuando decidió que tenía que mejorar, él tenía 8 años. En verano de 1999 fue cuando estuve precisamente en Stavanger pidiendo qué de aquel país saliera un campeón del mundo. Y justo ahora, cuando se juega el campeonado en Stavanger, Magnus Carlsen tiene 26 años; los que yo tenía cuando estuve allí.

     Las casualidades son bonitas. Y es bonito contarlo. Y solo por este cúmulo de casualidades espero que Magnus Carlsen gane este campeonato. Ya digo qué, quizás por  su forma de jugar, tan lógica y no excesivamente espectacular, cualquier otro se llevaría la palma. Por ejemplo, Levon Aronian y Anand tienen un juego muy muy imaginativo. Pero Carlsen es a la vez muy sólido. Más, cuándo se debe ser creativo, es como el que más.



     Por eso, desde aquí, un sitio no tan alejado de allí:
»Gana Carlsen, ¡gana!«

     @eltiopacote
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