domingo, 30 de abril de 2017

Chicos, os quieren poner un chip en el coco

    Hace una semanita o así, vi una peli muy graciosa en Netflix. Se llamaba iBoy. Trataba sobre un chico al que disparaban en la cabeza con tan "buena suerte" de que estaba hablando por teléfono para pedir auxilio y la bala le incrusta en el coco trozos de chip del teléfono. Posteriormente, al cabo de unos días, el cerebro se ve que se acopla perfectamente con el chip y es capaz de procesar cosas como lo haría un teléfono móvil. Si ha estas alturas de la historia no te estás destornillando de la risa es que no eres humano o no tienes sentimientos. Para aligerar la historia, el muchacho para no tener "superpoderes" que le proporciona el chip decide quitarselo. Además, quiere montar en avión y no puede quedarse fuera de cobertura.
    Bromas a parte, lo que parece una inocente y estupida película es la semilla que debe crecer en los jóvenes. Los cuáles deben ver con buenos ojos tener un dispositivo creado por el ser humano en el cerebro. Y no es que se pueda llevar a cabo ahora mismo, ni mucho menos. Pero puede que sus hijos o nietos a lo sumo lleven algún tipo de dispositivo qué, aunque ellos no controlen directamente con el cerebro, si pueda ser usado por las élites para controlar a la población mundial.

    Esa es la única realidad. El control de la población.

    Un par de días después vi y escuché, con mis propios oidos y ojos respectivamente, en el programa T12x494 de Cuarto Milenio durante una noticia, con debate incluido, hablar al presidente ejecutivo de Inbiomed sobre las bondades de llevar un dispositivo que te facilitaría la actividad complicada de abrir una puerta o chequear cuando llegas al trabajo llevando un dispositivo bajo la piel que se conecta con el resto de dispositivos de tu oficina o casa. Por lo que tú, no eres más, qué un simple dispositivo que se mueve y hace cosillas para la empresa. Algo que se puede suplir con otro dispositivo humano en un determinado momento. Por si no te has dado cuenta todavía. Eres una mierda de pieza en las manos de las compañias.

    Hace unos años estuve discutiendo con mi tía sobre la marca y o el número de la bestia qué será necesaria para hacer cualquier tipo de transacción económica, o hacer cualquier cosa en general. Ella piensa en una marca del tipo tatuaje en la frente, o algo así. Yo, más modernillo, pienso en un chip el  cual almacene todos tus datos y con el cuál te pueda controlar un gobierno corrupto, como puedan ser el español, o un gobierno en la sombra como el estadounidense. Este tipo de gobiernos fácilmente puede sustituirte por otro muchacho que tenga el mismo chip que tú. Total, solo eres un chip.


    El gran hermano, a lo bestia, se acerca.


    En fin muchachos, si os dejáis poner un chip para abrir la puerta más rápidamente o tomar unas cervezas gratis en un bar es que sois totalmente anormales. O lo que es peor, es que realmente os merezcáis tener el chip, pues no dáis más de sí para ser algo más que una pieza del sistema.


    @eltiopacote

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